Una de las necesidades más urgentes de la sociedad contemporánea es llegar a estructurar organizaciones cuya eficacia se demuestre en el plano de las realizaciones prácticas, pero que sean capaces, además, de estimular a la gente para que desarrolle plenamente su potencial de trabajo. La teoría psicoanalítica, con su descripción de los procesos primarios que animan a la actividad humana, proporciona nuevos enfoques para la comprensión de los grupos y del comportamiento de las organizaciones.
Los teóricos de la psicología organizacional trabajan para entender el significado de incidentes críticos y los patrones colectivos de respuesta a esas situaciones. Creen que el misterio de la vida de las organizaciones reside en el mundo intersubjetivo que yace en la experiencia entre los miembros de la organización, lo que yo llamo identidad organizacional.
La gente utiliza las organizaciones por razones inconscientes como para defenderse a sí mismos en contra de ciertas preocupaciones, renovar un sentido de omnipotencia perdido, realzar su amor propio, y resolver cuestiones de desarrollo personal incompletas y como espacio psicológico de juego e imaginación, por nombrar algunas. El significado personal acerca de la experiencia organizacional, descubierta en la identidad organizacional ayuda a explicar las intenciones inconscientes de los que planifican y estructuran la acción de organización.
Las organizaciones no pueden analizarse como una sola entidad, un organismo con su propia psiquis, sino como el resultado de la interpretación de las interacciones y percepciones de sus miembros en sus respectivos roles y grupos. Los patrones colectivos de comportamiento pueden diferir de organización en organización.
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